Pese haberme dormido tarde la noche anterior, y no haber
puesto la alarma, me levanto pensando que sería súper tarde, pero el reloj tan
sólo marcaba las 07:30. ¿Por qué pasará que cuando estás de vacaciones tu
cuerpo no te pide dormir tanto? ¿O será que ya me estoy haciendo mayor y por
fin mi cuerpo no me pide al menos 8 horas de sueño?
Bueno, me levanto, y también se levanta la chica que estaba en la habitación. Entablamos conversación, con las típicas preguntas entre muchos mochileros. “¿De dónde eres?”, “¿de dónde vienes?”, un “¿cómo te llamas?”, y ya es suficiente para hacernos amigas y salir a desayunar juntas.
Desayunar en Tailandia es algo raro. Raro por que no existe una comida especial para el desyauno, la gente se zampa los mismos noodles o arroz que por a mediodía o a las tantas de la noche. Hasta ahora yo he optado por pedir trozos de fruta cortada o smoothies (está buenísimo y está entorno a 20-30 Bats, es decir, menos de un €) o galletas del 7/11 (supermercado que ya os he comentado) o incluso algo dulce de la calle, pero nada de pan tumaca con jamón. Ayer tocaron noodles para desayunar, y que quieres que diga, pues bueno, es cuestión de cogerle costumbre, y si tienes hambre no le pones pegas.
La chica resulta ser Caroline de Estados Unidos, que ha sido profesora de inglés en Bangkok un semestre, y con el dinero ahorrado (si si, no cobraba mal, entorno a los 1200 dólares al mes) actualmente está viajando antes de regresar a su casa. Me comenta que tenía planeado quedar con un amigo Tai que conoció en Estados Unidos y que irían a ver el templo blanco. ¡Perfecto, me apunto!La verdad que la actitud de mochilera/viajera/aventurera debe ser esa. Ir con el sí por delante. “¿Quieres dar de comer a elefantes?”, “¿quieres hacer autostop hasta el siguiente pueblo?”, ¿quieres…?”. En su mayoría debes responder si. Me dijo un buen amigo durante este viaje: “bad decisions, make good stories”; en español “las malas decisiones llevan a buenas historias”. Pero, señores, señoras, mama, no os alarmeis, siempre con coherencia y cabeza. Y lo mejor, cuando veas algo raro, sal pitando. Como vas sola, pues no hay problema en escaparse de situaciones en las que no te encuentras cómoda.
El día resultó redondo, visita al templo blanco, que es totalmente diferente a los otros 3000 templos que ya he visitado, visita a una catarata con caminata de por medio que hizo hueco para una estupenda comida sobre el río en mesas de bambú. Todo, incluyendo transporte, cortesía de Khan, el amigo Tai de Caroline, que además resultó muy simpático, y para ser Tai, alto y guapo.
Bueno, me levanto, y también se levanta la chica que estaba en la habitación. Entablamos conversación, con las típicas preguntas entre muchos mochileros. “¿De dónde eres?”, “¿de dónde vienes?”, un “¿cómo te llamas?”, y ya es suficiente para hacernos amigas y salir a desayunar juntas.
Desayunar en Tailandia es algo raro. Raro por que no existe una comida especial para el desyauno, la gente se zampa los mismos noodles o arroz que por a mediodía o a las tantas de la noche. Hasta ahora yo he optado por pedir trozos de fruta cortada o smoothies (está buenísimo y está entorno a 20-30 Bats, es decir, menos de un €) o galletas del 7/11 (supermercado que ya os he comentado) o incluso algo dulce de la calle, pero nada de pan tumaca con jamón. Ayer tocaron noodles para desayunar, y que quieres que diga, pues bueno, es cuestión de cogerle costumbre, y si tienes hambre no le pones pegas.
La chica resulta ser Caroline de Estados Unidos, que ha sido profesora de inglés en Bangkok un semestre, y con el dinero ahorrado (si si, no cobraba mal, entorno a los 1200 dólares al mes) actualmente está viajando antes de regresar a su casa. Me comenta que tenía planeado quedar con un amigo Tai que conoció en Estados Unidos y que irían a ver el templo blanco. ¡Perfecto, me apunto!La verdad que la actitud de mochilera/viajera/aventurera debe ser esa. Ir con el sí por delante. “¿Quieres dar de comer a elefantes?”, “¿quieres hacer autostop hasta el siguiente pueblo?”, ¿quieres…?”. En su mayoría debes responder si. Me dijo un buen amigo durante este viaje: “bad decisions, make good stories”; en español “las malas decisiones llevan a buenas historias”. Pero, señores, señoras, mama, no os alarmeis, siempre con coherencia y cabeza. Y lo mejor, cuando veas algo raro, sal pitando. Como vas sola, pues no hay problema en escaparse de situaciones en las que no te encuentras cómoda.
El día resultó redondo, visita al templo blanco, que es totalmente diferente a los otros 3000 templos que ya he visitado, visita a una catarata con caminata de por medio que hizo hueco para una estupenda comida sobre el río en mesas de bambú. Todo, incluyendo transporte, cortesía de Khan, el amigo Tai de Caroline, que además resultó muy simpático, y para ser Tai, alto y guapo.
El Templo Blanco (Wat Rong Khun) |
El Templo Blanco con Khan |
Feliz comiendo sentada encima de bambu y del río |
Terminamos la tarde dando un paseo tranquilo por el Night
Bazaar, donde comimos una olla de sopa sweet&sour que de nuevo estaba
increíble y vimos un espectáculo de Lady Boys. ¡Están por todas partes en
Tailandia! Nos comentó Khan, que el 13% de la población Tailandesa, son Lady
Boys: hombres con tetas que parece mujeres, pero mantienen su miembro masculino.
Mi interés por ellos termina ahí.
Detalle del contenido de la olla |
Ollas Sweet&Sour del Night Bazzar en Chiang Rai |
Después nos acercamos a un bar raggae Tappee Bar cerca de
la estación, y seguí con la prueba de diferentes cervezas locales, en está ocasión
tocó Leo. Mucho más suave que la Chang, con menos contenido en alcohol también,
más parecida a una Heineken.
Beer Leo |
El bar estaba vacío, pero así pudimos conocer a los
dueños, que se hacían llamar “Timón y Pumba”, dos hippies con rastas de la
vida, pero cada uno con sus estudios oye, arquitecto y diseñador de
interiores. Un buen bar con buena música, pero lo mejor fue que sacaron la
guitarra para preparar un vídeo de cumpleaños feliz a Rocío, que desde aquí
vuelvo a felicitar, (¡guapa!) y se quedaron tocando la guitarra un buen rato
más.
Se hacía llamar timón en Teepee Bar Chiang Rai |
Pero back to bed prontito, que a la mañana siguiente
tocaba madrugar rumbo a Laos.
Jo, qué momento!!! un video directamente enviado desde Tailandia, ya te dije que me puse a llorar y todo. Me pregunto en qué momento surgió el... pues miren ustedes, que tengo una amiga que cumple hoy años, ah! sí? pues vamos a cantarle una canción, tú saca la guitarra, yo cojo un vaso y golpeo sobre la mesa y entre todos nos ponemos a cantar... qué buen rollito. Un beso enorme y sigue disfrutando.
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