lunes, 22 de abril de 2013

Una semana en el Elephant Nature Park


Me voy acostumbrando a las semanas que se estiran y parece que hayan pasado meses, los días que parecen que tienen más de 24 horas y en donde los amaneceres son oportunidades de conocer un nuevo mundo a tus pies.
Atardecer en el Elephant Nature Park

La semana pasada he disfrutado de 7 jornadas como vountaria en el Elephant Nature Park en Chiang Mai, al norte de Tailandia. Decidí pasar una semana en este parque para acercarme al majestuoso animal que es el elefante, pero sin caer en los abusos y mafias que rodean este animal en este país con tan frágil legislación.

Desde aquí quisiera hacer una petición a todas las personas que viajen a Tailandia o países similares proximamente. No contrateis ningún tour que implique montar a un elefante (si realmente lo quereis hacer, pues mejor que sea con la espalda libre) y no compreis nada a ningún Mahut (nombre del oficio dedicado a la doma del elefante) que pasee por calles de cuidades con su elefante. En Bangkok está prohibido desde hace años, yo no he visto ninguno, pero aún persisten especialmente tras la recolta del arroz.

Los animales del mundo existen por sus propias razones. 
No fueron hechos para los humanos
Al igual que los negros no fueron hechos para los blancos
Ni las mujeres para los hombres

La tradición tailandesa es muy dura en relación con estos animales. La creencia establecida es que a los elefantes bebés hay que encerrarlos en jaulas y punzar con palos con clavos durante días con la finalidad de que al tercer o cuarto día comprendan que el hombre es su amo y que debe obedecer todas sus órdenes. Los animales se convierten en zombies, y el Mahut debe ingresar dinero. Normalmente este dinero se consigue de turistas anonadados con este animal ancestral que quieren montar en él o hacerse una foto dándole de comer un plátano en pleno Bangkok. Pero para llegar a eso, el animal es maltratado de formas inimaginables. Con este vídeo lo entendereis mejor. Aviso, os deja con los pelos de punta.

Pero no todo es de color negro. Este Parque, fundado por Lek, una mujer con un corazón que no le cabe en el pecho, es un refugio para elefantes maltratados o abandonados que viven en semi-libertad (es un campo delimitado y por la noche los deben encadenar) que rechaza todas las tácticas tradicionales de la doma de elefantes, y donde los mahut sólo pueden ejercer usando el refuerzo positivo. Ahora mismo cuentan con 35 elefantes, a los que pudimos conocer de cerca. 

Narvaan, el bebe de la familia. 
 
En cierta medida, esta semana se puede definir como un voluntariado turístico, ya que pagas la estancia, 12,000 Bats (unos 320€) la semana, y te tratan como reyes, pero trabajar hay que trabajar. Las tareas se dividen por grupos y van rotando por días. La jornada empieza a las 08:00 y los horarios van cambiado dependiendo del día, de cada circunstancia, siempre teniendo en cuenta la flexibilidad que caracteriza este país. Estas tareas incluyen:

Recolectar maiz, si si, yo con un machete y cargarlo en el camión. 
Lo mejor: Volver en el camión montados encima de todo el maiz y cruzarnos con dos funerales de los que los asistentes no paraban de saludar flipando con nuestra aparición. Y la parada en el 7/11 (supermercado americano que esta por todo Tailandia) a comprar un helado.


  Cortar furta cual cocinero japonés la fruta en trozos.   
Pero esto es despues de descargar un camion de 4 toneladas de sandias, otro de pinas, otro de calabazas, etc.

Y tambien toco lavar fruta. Mucha fruta. 

 Hacer cemento, a mano, para hacer columnas que impidan que los elefantes arranquen todos los árboles.


Y siempre todo funciona mejor cuando se trabaja en equipo


Pero no todo es trabajar, y también hemos disfrutado mucho de otras cosas, haciendo un grupito del que me siento triste de separar hoy, bajando el río con un donut, acción conocida como tubbing, engullendo atardeceres, conversaciones que se extienden hasta la madrugada, jugar a las cartas…

Todos en la parte trasera de un coche que paramos haciendo auto-stop para llegar al río y poder "tubearlo" hasta el parque 

Recomiendo esta experiencia a todo aquel que pueda, es una auténtica pasada poder disfrutar de los elefantes, acercarte a ellos sin miedo, conocer su comportamiento de cerca, y encima dando soporte directo (nada de agencias de por medio) a una fundación entregada con este animal.


Para aquellos que les interese, también han abierto recientemente un Parque en Camboya (posiblemente pueda pasar por allí) y en el de Chiang Mai necesitan voluntarios para el refugio de perros (tienen más de 300 de las últimas inundaciones de Bangkok) y para este no es necesario pagar. Os dejo los datos de contacto de la fundación: 

3 comentarios:

  1. Vuestras sonrisas hablan.....
    Seguid disfrutando

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  2. Ole, ole y ole!
    Entre los trabajos...las cacas no...en fin, no pregunto!
    besos maripi!

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  3. Me reitero... quiero ir... me estoy perdiendo todo lo guay xDD

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