miércoles, 25 de septiembre de 2013

Halong Bay

Acabo de salir de la ducha y en un hueco antes de la cena me dispongo a escribir este post motivada por la espectacularidad de lo que estoy viviendo. Estas son las vistas que me he encontrado al salir de mi bungalow. Una palabra: breath-taking (en Español son obviamente más: quita la respiración).
Vistas desde el Bungalow
Tras llegar a Hanoi y pasar dos noches combatiendo el jetlag y acostumbrándonos al calor, contratamos un tour a Halong Bay. No estaba especialmente emocionada en venir, sabiendo que posiblemente nos timarían con los barcos por las múltiples críticas que he leído en internet. Pero cada dólar de los 99 que pagué por estos tres días merecen la pena. Pese a ser un precio un poco elevado para el presupuesto habitual de mochilero, merece la pena. Hay muchísimos barcos e infinidad de posibilidades de contratar excursiones. Nosotros optamos por dos noches, una en el barco y otra en un bungalow. Incluye comida y excursiones varias, pero lo más importante es saber que no tienen ratas. Cucarachas si. Pero eso un estándar por todo Asia. Estos días respiro tranquilidad, naturaleza, serenidad y amistad. Una especie de energía que hace que sonría hasta en sueños.
Respirar energía
Halong Bay es una bahía del norte de Vietnam con unos 380 islotes (no he llegado a contarlos todos) imprescindible en los viajes por Vietnam. Cuando partimos de Hanoi en mini-bus conocemos a dos alemanes y dos españolas con las que hacemos muy buenas migas desde primer momento. Un dato curioso: una de ellas, fan de los viajes por Asia, había leído mi blog en alguna ocasión.
Backpacking friends en la cueva
Y mi reflexión del momento, sobre la amistad. Sobre el conocer a gente de viaje que tras dos días es como si los hubieras conocido de toda la vida, algo parecido al Erasmus. ¿A algún viajero también le ha pasado?

Los días transcurren entre risas, kayaking, cuevas, arroz, perlas y cerveza. Además de vistas de impresión y uno de los mejores atardeceres que he presenciado. Juzga tu mismo.
Granja de perlas
La noche termina en la terraza superior del barco de madera donde pasaron las horas e intercambiamos historias y anécdotas mezcladas con risas y yoga. Todo un espectáculo.
Atardecer desde el barco

2 comentarios:

  1. Realmente Halong Bay fue como un sueño... Como tu dices, volvería a pagar de nuevo cada dolar sin pensarlo... Mari, ha sido un placer coincidir contigo, y si ya te leí sin conocerte, ahora voy a seguirte los pasos!!

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  2. porfin tengo tiempo i encuentro tu blog!!! Si Halong Bay ya es impresionante por si sola con vuestra compañia fué aún mejor!! sigue apasionandonos con tus relatos viajeros porque ahora te seguimos de cerca!! muchos besos i sigue disfrutando!!!!

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