viernes, 8 de enero de 2016

"¿Acaso, ya no quieres viajar?", me pregunta.

Un amigo de esos con los que no hablas a diario, pero que significan mucho, un día de invierno (hoy), pero soleado, me escribe... "¿skype?"

Y de repente tenemos una de las conversaciones mas profundas, pero con un gran eco de risas, de las que he tenido en mucho tiempo.

"¿Acaso, ya no quieres viajar?", me pregunta.

Y por un momento me quedo paralizada. No me había hecho esa pregunta a mi misma desde hace tiempo.

Por supuesto que quiero viajar, la vida en si es un viaje, una aventura. Pero claro, ya no tengo mi mochila como mi casa, ya no cambio de cama cada dos dias. Quiero viajar pero, de otra manera. Y es que todo el mundo en esta vida tiene etapas. Y no me refiero a las etapas en las que uno se viste de punk con el pelo rosa, o de choni con zapatillas Buffallo. Me refiero a etapas en las que las prioridades cambian. Ahora estoy centrada en mi carrera, y no por que me quiera comprar un coche mas grande (viva mi platanito) o por algo material, si no por que realmente me siento feliz conmigo misma cuando he trabajado bien y aunque hay días que todo sale mal, te reconforta saber que tu mente es productiva, piensa y es capaz de sacar proyectos adelante.  


Pero no por ello dejo de tener alma viajera. El 2015 he visitado Egipto, Costa Rica, Rumania, Inglaterra, Francia, Austria, Republica Checa y 2016 se presenta también cargadito.

Y es que en el fondo, lo único constante en la vida es el cambio. Y hoy podemos afirmar rotundamente un sentimiento, que mañana ya no nos definirá.  


"¿Qué buscas en la vida?", me pregunta.  

Y por un momento me quedo paralizada. No me había hecho esa pregunta a mi misma desde hace tiempo.

Pues la vida no es mas que la consecución de un día tras otro, y si lo entiendo así, yo lo que busco es sonreír cada día, que al menos suene una carcajada de mi alma, bailar, aunque sea en la ducha, un abrazo, sea de un amigo, de mi madre o de alguien amado, y mucho mejor, con algún beso con un buen revolcón. No olvidemos dormir bien, sentirme a gusto conmigo misma y mi cuerpo y comer algo rico. Ya si rematamos el día con cumplir objetivos marcados aun mejor que mejor.
  

Parece sencillo si diluimos la vida así, sin complicaciones. Es simple, pero en realidad, estamos empeñados en hacerla complicada. Un matiz, que aun que no me gusta, tendría que añadir cosas que no busco en la vida, entre ellas el no sentir odio, no mentir y no herir a las personas de mi entorno.       
Gonzalo, gracias por ser tu, has hecho que vuelva a escribir un post J

Mucho animo con tu aventura.