viernes, 22 de noviembre de 2013

Gili T: casi el paraiso


En el barco hasta Gili T, la grande de las tres Gilis, ya coincido con una española que conocí en Nusa Lembongan y que sería mi compañera de viaje en los próximos días. Además, viajaba conmigo un alemán (que habiendo pasado un año en Valencia de Erasmus tenía el alma fiestera impregnada) que sería mi roommate de bungalow en la isla.

En ninguna de las Gili hay vehículos motorizados. Sólo caballos y bicicletas. Es maravilloso.
Transport Mr?
El reggae y las sonrisas inundan las calles. Los locales te preguntan sin cesar de dónde eres y a donde vas. En muchas ocasiones es para intentar venderte algo o incluso peor, para intentar ligar contigo, pero no hay que quitarle mérito a su gracia y reconocer que gusta que al segundo día de en la isla ya se conozcan tu nombre. Es muy curioso como se ven infinidad de mujeres mayores o no muy guapas con chicos indonesios surferillos guaperas (o no) con su tableta de chocolate bien marcada.

La isla se puede recorrer entera (es decir, darle la vuelta) andando en unas dos horas, en bici o corriendo en unos 40 minutos. Merece la pena recorrer cada esquina y sobre todo ver los resorts romanticones que están lejos de la calle principal.
Paseando por la isla
Cada noche un local protagoniza la fiesta. Los domingos el bar irlandés, el lunes el Sama Sama, el martes el Blue Marlin… etcétera. Podrás ver de todo. Desde el mochilero británico borracho (los australianos normalmente se quedan en Bali) hasta el rastafari más relajado e incluso algún puretilla ensetado. Si, las islas son famosas por la facilidad de encontrar y tomar setas. Mi preferido fue el Sama Sama donde gente local toca en directo rock y reggae.

Isla del buen rollo
Pero no sólo es fiesta, es posible también realizar buen buceo (entorno a 350.000 por inmersión), disfrutar de la playa, hacer yoga (100.000 rupias sesión) y practicar snorkling (10.000 el alquiler). ¡Las tortugas se ven a metros de la playa!
Tortuga en la orilla
Mari se va de buceo
Mi momento favorito del día lo pasaba charlando con viajeros o locales en el Sunset Point a ritmo de timbales mientras el sol se posaba tras el horizonte dejando estampas tan bonitas como estas:   
Atardecer desde el Sunset Point
Amenizada con timbales
La gastronomía también es una delicia en la isla, teniendo mil opciones de comer. Si quieres algo barato opta por cualquier worong en la zona interior. Los clásicos son el Nasi Goreng (arroz frito) o Mee Goreng (noodles) por unos 10.000-15.000 rupias. Un euro vamos. Si quieres algo más sofisticado hay miles de lugares donde poder cenar a la luz de las velas en primera línea de playa.

En el mercado nocturno encontrarás pescado fresco de buena calidad a precio razonable (si lo quieres barato tendrás que ir hasta Flores), pero además, personas con las que compartir esa cena. Nosotros nos juntamos con un murciano que empezó a hacer la vuelta al mundo en bici y un argentino encantador que lleva años viajando. Pero la cosa no acabó allí, la noche siguiente se añadió al clan un chileno, dos vascos y dos rusos de muy buen ver.

Pero (siempre tiene que haber un pero) un pequeño inconveniente hace que no pueda ser un paraíso. Los locales, en principio, parecen muy majos y todos te saludan con un sonriente "Hello Mrs. Where are you going?" cuando paseas por la calle. Pero si estás soltera y eres extranjera en algunos momentos te sentirás atosigada por tantas propuestas de matrimonio. No es broma. Aun así, como siempre, hay que tomárselo con unas risas y el asunto se queda ahí. Al segundo día, muchos de ellos ya se sabían mi nombre y que era de España.

Además, Las duchas y las piscinas también son de agua salada. Así que si quieres una ducha de agua dulce (como las duchas de toda la vida, vaya) tendrás que comprar agua embotellada. Como ese no fue mi caso, tras 5 días de lavarme el pelo con agua salada estaba estropajoso estropajoso. Menos mal, que fue llegar a Lombok y problema solventado.

Siguiente destino: Sengingi y Kuta (Lombok).
En barco hasta Bengsal (y después Sengingi)

No hay comentarios:

Publicar un comentario