Cuando salí desde Bangkok hasta Chaiya dirección a un retiro espiritual se me
congelaron todos los pensamientos en el tren. No por nada emocional ni por los nervios de
hacer algo realmente distinto como estar 10 días en silencio; el aire
acondicionado hizo que pasara el trayecto en el Polo Norte. Peor que el AVE. Cuando mi
cerebro ya recuperó su temperatura y las neuronas parecían volver a funcionar
ya estaba en Suan Monkkh en el medio de la jungla apunto de comenzar mi silencio.
¿Cómo resumir 10 días de retiro espiritual en un post?
Bloqueo. Tras tanto silencio me cuesta hasta volver a
articular los pensamientos y ordenar las palabras.
Son demasiadas emociones tan profundas y tan filosóficas
sobre la vida que no se si lo puedo hacer sin aburrir al personal y haceros
dormir.
Lo primero: recomendarlo a todo el mundo.
¿Por qué? Porque para mi (y para todas las personas con las
que he conseguido hablar el día 11) ha tratado de una experiencia existencial, adquiriendo un conocimiento sobre una filosofía de vida y un resumen un crecimiento emocional. Y crecer nunca viene mal.
Pero, aviso: es duro.
Dormir no me ha costado mucho, pese hacerlo sobre una
almohada de madera (es más cómodo de lo que pensaba) y sobre una mini alfombra de bambú puesta encima de un
bloque de cemento... la foto lo dice todo.
De hecho, quizás he dormido todo lo que podía dormir según
el horario establecido (incluyendo siesta después del desayuno y siesta después
de comer y siesta después del té…) con sueños más coloridos que haya tenido
nunca. Pero, apenas desayunar una especie de arroz con agua para volver a comer
arroz con verduras y tofu en todo el día se hace cuesta arriba. Y ya no
digamos sentarte o ponerte de pie a meditar durante al menos ocho horas
diarias.
Pasaban los días y las salas se iban vaciando, pero resistimos quedamos
bastantes. La mayoría jóvenes, supongo por que estamos más preparados para
sufrir un poco y acomodarnos a la vida humilde de un monje. Pero mi más sincera
admiración a todas esas personas mayores que lo han logrado.
Los primeros días de silencio fueron más llevaderos, quizás por la novedad, por interiorizar los discursos, tratando de meditar con el speech de buena mañana (si a eso de las 04:30), pero
desde el día 4 hasta el 7 todo muy cuesta arriba. Pensé en dejarlo varias
veces.
Pero mi objetivo era aprender a meditar, tratar de silenciar mi mente... Las enseñanzas sobre la vida budistas, el yoga, las sonrisas, la energía, los hotsprings (termas naturales), la perseverancia personal y las ganas de cumplir con este reto personal hicieron quedarme.
La meditación no es una forma de silenciar la mente. Es una forma de penetrar la calma ya existente, enterrada debajo de los 50,000 pensamientos que una persona tiene de media al día |
Me llevo 3 enseñanzas básicas del retiro:
- Vivir con la conciencia aumentada, es la mejor manera que se me ocurre traducir "mindfulness". Ser consciente de todos los pequeños detalles del presente, no ir con el piloto automático puesto y observar nuestros movimientos, nuestro entorno. Para ello, es importante centrar la mente en el ahora, dejar los pensamientos sobre el pasado atrás y no obcecarse en pensar en el futuro.
- Regalar amor. Es un dicho muy mío, pero creo que es una traducción acertada a la par de divertida. Pero no es un amor romántico, es una generosidad, una energía positiva, una sonrisa... Es gratuito y de alguna manera si irradias amor, la naturaleza te irradiará amor en respuesta.
- Nada permanece. Según el budismo, para llevar a la felicidad, que se representa como una ausencia de sufrimiento, el camino es no tener apego hacia los sentimientos positivos. No caer en la tentación inconsciente de querer tomarte el segundo café latte por muy delicioso que esté. No amar tanto a alguien como para no poder vivir sin ella. Por que todo lo bueno y lo malo viene y se va.
Y ahora después de tanta charla, termino el post con imágenes, que según dicen valen más que mil palabras.
Paseo diario |
Yoga hall - hora y media diaria |
Lago y monje |
Meditation hall - mi sitio: en primera fila |
Animalitos |
Termas naturales |
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