Esta ciudad que se encuentra en medio de las montañas
entre Luang Prabang y Vientiene es tipo Benidorm, pero estilo laosiano, ¿se
entiende? Lleno de guesthouses y terrazas donde poder tumbarse y estar de relax,
que se diferencian simplemente por lo que ponen en la tele, sea Friends o
SouthPark.
La ciudad es más barata que Luang Prabang, lo cual se
agradece, y además está en un entorno natural espectacular, rodeado de montañas
frondosas y verdes, pero parece que su esencia se haya marchitado por la
prohibición del tubbing salvaje que se venía haciendo años atrás. Varias muertes han echo que el gobierno laosiano ponga fin a esta popular fiesta entre mochileros.
Aún así, me alegro de haber pasado por esta ciudad ya que
me permitió tener mi primera conversación con un monje. Intercambiamos pocas
palabras, pero me preguntó mi nombre, de donde soy, y me enseñó a como debo
sentarme en el templo y a rezar, inclinando la cabeza hasta el suelo
tres veces con las palmas juntas delante de la cabeza. Os presento a Inthone,
que llevaba 3 años como monje y tan sólo tenia 15 años.
Inthone, foto tomada con su permiso :) |
Barbacoa rica rica |
Detalle de los kayak |
Y otra, El Blue lagoon, por mi cuenta, alquilando una
bicicleta por 1€ y recorriendo 7 kilómetros, lamentando no haber cogido una
bicicleta de marchas, mi culo desde luego no lo agradeció pasando por los caminos
rocosos, viendo a los niños pasar y gritando “sabaideee” (hola), disfrutando
del estupendo paisaje. Para llegar allí hay que seguir un súper mapa (me estoy
haciendo una experta) y pagar 6000 kips de peaje para cruzar el puente y otros
10000 kips de entrada al parque.
Niña que me para para pedirme una foto, y después, dinero... |
Blue Lagoon
|
La noche sigue siendo el punto fuerte de esta localidad, siendo Moon el local de moda entre laosianos y mochileros (por cierto me encanta salir sin preocuparte por el maquillaje ni los tacones ni que llevas puesto), y las pre-copas en el Monkey Bar, el irlandés (como no) y otro cuyo nombre tiene que ver con la jungla.
Cual adolescente (si, me estoy haciendo mayor, pero con tanta fruta parece que uno se llena de vitalidad) salí dos noches seguidas, sintiéndome la madre
del grupo en ambas, puesto que conocí a un grupito de niñas alemanas y
holandesas de 18 años que estaban de año sabático antes de empezar la
universidad (con su dinero ahorrado, nada de préstamos de los padres), todas
encantadoras. Debido a estos acontecimientos y las dificultades que estoy encontrando en que la gente se acuerde de mi nombre, a partir de ahora:
Me llamo María y tengo 22 años
Mochileras de fiestuki |
Un placer también disfrutar de un crepe de nutella con
plátano (mucho mejor que los de Luang Prabang), los fruit shakes más baraticos (ahora por
5000 Kips) y leer con el atardecer sobre el Mekong de fondo.
Atardecer sobre el Mekong |
Eso si que es meterse el mundo en la mochila.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte para mochileros por el MUNDO-
jejejeje, 22 años??? por cierto, ¿qué es el tubbing? besitos,
ResponderEliminar¡Claro! Viajar te hace más joven... ¿no te lo habían dicho? Tubbing es simplemente dejarse llevar por la corriente río abajo con lo que nosotros llamamos donut inflable... pero en Vang Vieng era la locura con bares y drogas y saltos... El resultado tras la muerte del hijo del presidente de Australia ahí fue su prohibición, pero vamos, que es un versión light con una cervecilla está fenomenal!
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