Decir adiós no es tarea fácil. No se trata de una frase. Implica abandonar una parte de tu vida, para comenzar una nueva. Conlleva muchas emociones. Está claro que no significa olvidar todo lo anterior, al contrario. Yo recordaré estos años en Madrid con mucha alegría y ternura.
Estas semanas he estado bastante ocupada tratando de compartir tiempo con los míos. Amigos, compañeros de trabajo, de piso, tíos, primos, padres adoptivos, hermanas... dejo aquí en Madrid mucha gente a la que quiero, que han sido, y seguirán siendo, pilares fundamentales en mi vida y desde aquí quiero agradecer su apoyo incondicional. Cada despedida, cada momento, cada abrazo... ha sido muy especial. Me siento profundamente afortunada de tener a tanta "buena gente" a mi alrededor.
Para decir adiós a una persona, o a una vida establecida, lo primero es que hay que estar completamente seguro de querer hacerlo. Y esto es lo que me ha permitido tener más seguridad y fortaleza a la hora de comenzar con las despedidas. Tengo claro que quiero hacer este viaje, y renunciar a un trabajo en el que me siento feliz y apreciada, y a estar físicamente cerca de personas importantes en mi vida, es parte del precio que hay que pagar para poder hacer este sueño realidad.
Quizás es importante comentar que me despido de Madrid y no volveré tras el viaje que tengo planificado. Normalmente cuando te despides de alguien, el sentimiento que más reconforta es el del posible reencuentro, y no descarto de momento regresar a Madrid, pero creo que mi camino no está en esta ciudad. No tengo muy claro el destino de después... pero ahora mismo España no está dentro de mis planes... Evolucionar profesionalmente y personalmente fuera de nuestra tierra patria forma parte de mis planes en el corto plazo, y la verdad... ¡qué ganas de quitar la palabra "crisis" de mi vocabulario diario!
Aun me queda alguna despedida, tengo tiempo, aún me quedan 2 semanas para salir de viaje. Pero quizás, las despedidas más duras son las que dejas para el final...
Estas semanas he estado bastante ocupada tratando de compartir tiempo con los míos. Amigos, compañeros de trabajo, de piso, tíos, primos, padres adoptivos, hermanas... dejo aquí en Madrid mucha gente a la que quiero, que han sido, y seguirán siendo, pilares fundamentales en mi vida y desde aquí quiero agradecer su apoyo incondicional. Cada despedida, cada momento, cada abrazo... ha sido muy especial. Me siento profundamente afortunada de tener a tanta "buena gente" a mi alrededor.
Algunas imágenes de los momentos de despedida con Pic Collage
Para decir adiós a una persona, o a una vida establecida, lo primero es que hay que estar completamente seguro de querer hacerlo. Y esto es lo que me ha permitido tener más seguridad y fortaleza a la hora de comenzar con las despedidas. Tengo claro que quiero hacer este viaje, y renunciar a un trabajo en el que me siento feliz y apreciada, y a estar físicamente cerca de personas importantes en mi vida, es parte del precio que hay que pagar para poder hacer este sueño realidad.
Quizás es importante comentar que me despido de Madrid y no volveré tras el viaje que tengo planificado. Normalmente cuando te despides de alguien, el sentimiento que más reconforta es el del posible reencuentro, y no descarto de momento regresar a Madrid, pero creo que mi camino no está en esta ciudad. No tengo muy claro el destino de después... pero ahora mismo España no está dentro de mis planes... Evolucionar profesionalmente y personalmente fuera de nuestra tierra patria forma parte de mis planes en el corto plazo, y la verdad... ¡qué ganas de quitar la palabra "crisis" de mi vocabulario diario!
Aun me queda alguna despedida, tengo tiempo, aún me quedan 2 semanas para salir de viaje. Pero quizás, las despedidas más duras son las que dejas para el final...
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